¿TEMES QUE TUS AMIGOS TE INVITEN A VER SU VÍDEO DE BODA?

Por Dani Troncoso

LA CITA PARA VER EL VÍDEO DE BODA

«Quedamos para cenar el viernes y así vemos el vídeo de nuestra boda…». Por un momento pensé que a nuestros queridos amigos se les había olvidado y nos íbamos a librar de ver el dichoso vídeo de boda, pero no, no tuvimos esa suerte y el viernes íbamos a «disfrutar» de una cena viendo un «maravilloso» vídeo de boda. Bueno.., por un amigo, lo que sea (pensé que era un trámite por el que todos alguna vez debíamos de pasar).

Llegamos a casa de Luis y Vanessa. Tras los saludos de rigor, ahí estaba ya la tele preparada con el dichoso vídeo de boda. Tenía preparada pequeñas historias que contarles a nuestros amigos, a ver si desviando un poco el tema se nos hacía tarde y nos librábamos de verlo, pero no, la tele ya encendida, y el dichoso menú preparado con el botoncito de «ver película» ya marcado. No había escapatoria.

Mientras preparábamos la cena, mi amigo Luis me contó las aventuras de su viaje de su luna de miel. Estuvieron en Nueva York. Sentí una sana envidia de todo lo que me estaba contando, y digo sana porque es mi amigo…, porque la envidia nunca es sana. Parecía super interesante hasta que…, ¡zasss! salió el tema del dichoso vídeo de boda, bueno, mejor dicho, él le llamo película de boda porque dice que en nada tiene que ver con los vídeos de bodas tradicionales. Creo que le estaba pasando igual que cuando te compras un coche o un portátil que lo defiendes en todo, que si el mío hace esto, que si el motor es de última generación…, bla, bla, bla…, menudo lavado de cerebro le habían metido con el dichoso vídeo de boda o bueno.., con su película de boda.

NO HABÍA ESCAPATORIA, TODOS ANTE LA TELE, «LA PELÍ DE NUESTRA BODA VA A EMPEZAR».

Ya sentados en el sofá, mi novia Rocío le preguntó por el álbum de fotos. En ese momento, miré a Rocío y telepáticamente le espeté…, ¿Para qué dices nada del álbum?, .., pero esta vez la suerte estaba de nuestro lado. – «No, aún no lo tenemos, lo recogemos en 15 días», dijo VanessaBueno, al menos el shock va a estar dosificado, hoy el vídeo y en dos semanas el álbum.

Sobre la mesa, había una caja muy bien decorada. En su interior había unas cinco copias de fotografías de su boda en tamaño 10x15cm, todo en una presentación muy original. – «¿Qué es esto Luis?» -, pregunté. – «En esa caja venía nuestra película de boda tío, nada de carátulas de plástico y convencionales, estos se lo curran y esa pequeña caja contiene los recuerdos más maravillosos que jamás he tenido». 

Parecía convincente y convencido. No conocía a Luis. Siempre había rehusado a hablar de vídeos de bodas, fotografía de boda y ahí estaba, ansioso por enseñarnos la película de su boda. Cierto es que, con todo lo que ya estaba viendo, hasta yo comenzaba a tener ganas de verlo. Esa cajita bien presentada me había despertado cierto interés por ver algo, según mis amigos, diferente a lo que conocía por los vídeos de bodas.

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NO TENÍA CAPÍTULOS Y SÓLO TREINTA MINUTOS DE PELÍCULA

Comenzó su película, me sorprendió que no tuviese capítulos como tenía el de mi hermano cuando se casó hace seis años y además no empezó por el principio. Una sugerente voz off comenzó contando la historia de Luis y Vanessa a la vez que en la tele veíamos imágenes de ellos. Por más que lo intentaba no acertaba a adivinar de quien era esa voz rota que ponía los vellos de punta. Miré a Luis y me dijo: – «Es mi abuela, no pudo ir a la boda pero le hicieron una pequeña entrevista y mira que sorpresa». 

No sabía qué decir, era realmente conmovedora. Tragué saliva y me recosté para disimular que realmente me estaba emocionando oyendo esos testimonios de personas allegadas a Luis y a Vanessa. Era un documento brutal, inesperado que te sorprendía en cada plano. No sabías qué iba a pasar después, pues el orden no era lo importante, pero si el mensaje, si la historia que nos cuentan de mis amigos.

Casi sin darme cuenta aquello terminó. La mesa llena de kleenex delataban que aquello había sido una montaña rusa de emociones que al igual que reímos, nos emocionamos. Un vídeo lleno de planos fotográficamente muy ricos, cuidando cada detalle, totalmente original y creativo, una música que te acompañaba en cada estado de ánimo, a cada frase que oíamos de un testimonio. Había sido una experiencia sorprendente. En apenas treinta minutos habíamos revivido la boda de mis amigos, nos habían contado su historia, con la ayuda de testimonios de familiares. Me di cuenta que tenían en casa un documento audiovisual sencillamente extraordinario, tenían una verdadera película de boda.

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